lunes, 12 de marzo de 2007

La Moneda


A Carlos Denis Molina.


Mira cómo los niños,
en un aire y tiempo de otro tiempo,
ríen.
Cómo en su inocencia,
la Tierra es inocente
y es inocente el hombre.
Míralos cómo al descubrir la muerte
mueren, y ya definitivamente
ya sus ojos y sus dientes
comienzan a crecer junto a las horas.

Deja que ellos guarden sin saberlo,
el secreto último de su inocencia
nuestro último sueño, ya olvidado.

Cuando todo termine,
deja que un niño lleve
nuestra única y última moneda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá nunca dejemos de ser niñ@s...
Ojalá alimentemos diariamente a esa/ese niñ@ que llevamos dentro...
Ojalá nos permitamos decir las cosas que queremos decir...
Ojalá nos permitamos bailar y cantar cuando y como nos apetezca, independientemente de lo que piense el resto del mundo...
Ojalá lloremos por golpearnos una rodilla para seguir jugando sólo instantes después...

Anónimo dijo...

Qué hermoso poema este, tanto amor y tanto sentimiento que cada vez que lo leemos nos conmueve...
gracias por ponerlo a disposición.
Abrazo
José