viernes, 2 de noviembre de 2007


Oh! desasido, hijo del aire
flotando entre las cosas.
Tú que amas los flancos de esta ciudad,
las calles y suburbios de esta ciudad.
Tú que amas los terrenos baldíos
donde meditan su destino las ollas viejas
las sartenes sin mango
y las escupideras sin fondo.

Tú que aprecias la utilidad de tanta cosa inútil,
eres un descastado
en esta casta de buitres y ladrones.