sábado, 20 de diciembre de 2008

Solo


Un día tuve el mar
sobre mi corazón.
Como una lengua fría,
el mar
sobre mi corazón.
Y estaba lejos de ti, madre mía.
Y tú lejos de mí,
navegando en un viento sin banderas.
No había raíces que esperan
debajo de la tierra.
Ni árboles había sobre la tierra.
Y el mar lamía mi corazón,
como una lengua fría.

¡Ah! Sólo mis ojos.
En órbitas de hielo
y sin tener dónde mirar,
girando.

2 comentarios:

amelie dijo...

Sobrecogedora esta imagen unida a ese poema. Sin palabras...
(¿has pensado hacer un libro de fotos?)

Anónimo dijo...

Maravilloso poema, como todos los de Falco... una simpleza engañosa, una profundidad a veces desoladora... Acabo de dar con este blog y me parece muy, muy bueno.

Laure