viernes, 23 de marzo de 2007

Falco y la ciudad: palabra en movimiento

La obra de Liber Falco, fue y es una dosis de vanguardia para las letras del país. Logró niveles de autonomía y distancia entre lo propio, lo local y lo de afuera. Ni masivamente leído, ni expresión minoritaria. No fue la reconstrucción minimalista de un texto y un contexto, sino más bien el mapa afectivo de un hombre, una cartografía de deseos, amores y temores. Es la búsqueda de lo entrañablemente “popular”, por su austera y sencilla belleza. De sus poemas surgen las claves de interpretación de la ciudad, las señas y señales de escenas y personajes, que todos conocemos, sobre todo a esa hora después del boliche, en la media luz del atardecer o del amanecer. Tiempo y Tiempo es acciones socio-estéticas, arte y política, identidades narrativas. El mundo social, y el inmenso mundo interior, humano, demasiado humano, a través de imagen-palabras. Y entre las rupturas y el sube y baja, sin embargo, los hechos no carecen de historicidad, hay un “yo” comprometido con lo urbano, con los baldíos y los amigos, y los llantos provenientes de otros muros, de otras guerras y revoluciones. El pasado no queda ente paréntesis, quedan textos y contextos, sentimientos, futuro y mucha vida. Muros, niños, cometas, vino, Montevideo madre cruel. El pulso de una ciudad, y una literatura con cadencia fotográfica, en clave de libertad.
Adriana Topalian

martes, 13 de marzo de 2007

SOLEDAD



A veces los algodones grises
de la soledad,
rozan mi pupila.

Y brilla...

Entonces, los horizontes
no son ya...
hay plenitud.

Pero me pesa el recuerdo
y en los senderos de la noche
-regazos que abrieron del misterio-
muerdo la almohada negra del silencio.
Y espero.

III

Fuera locura pero hoy lo haría:
Atar un moño azul en cada árbol.
Ir con mi corazón de calle a calle.
Decirle a todos que les quiero mucho.
Subir a los pretiles,
gritarles que les quiero.

Fuera locura,
pero hoy lo haría.

"ALBA"


Yo he visto a esa mujer. Yo la conozco.
La he sentido latir entre mi sangre.
Frente de harina. Pan sin nombre.
Yo he visto a esa mujer
como a mi madre misma.
-
Mujer, ¿quién levantó tu carne desde adentro,
para hacerte tan tierna la mejilla,tan como lirio bueno,
como flor de ternura?
-
Yo he visto a esta mujer,
a esta mi madre.En aquel rancho de arrabal en que nací,
calentaba el frío de los vientos.
Hoy va al frente de la columna en marcha.
Miseria, bondad, mirada de la ausencia.
Amor.
-
Pliegue de la bandera.
Frente de harina. Pan sin nombre.
Yo he visto a esta mujer.
Como a mi madre misma,
la he sentido latir entre mi sangre.
.
Este poema se inspira en la xilografía de Leandro Castellanos Balparda aquí reproducida.

lunes, 12 de marzo de 2007

La Moneda


A Carlos Denis Molina.


Mira cómo los niños,
en un aire y tiempo de otro tiempo,
ríen.
Cómo en su inocencia,
la Tierra es inocente
y es inocente el hombre.
Míralos cómo al descubrir la muerte
mueren, y ya definitivamente
ya sus ojos y sus dientes
comienzan a crecer junto a las horas.

Deja que ellos guarden sin saberlo,
el secreto último de su inocencia
nuestro último sueño, ya olvidado.

Cuando todo termine,
deja que un niño lleve
nuestra única y última moneda.

VIII




Decidme hermanos
en qué caminos
y en que tiempos,
podré llamaros sin angustias
y sin miedos,
de pié en la tarde
ya limpio y sin recelos,
ya hermanos siempre
sin ligazón de miedos.